Vitamina B12: Revisión Completa

 

Glosario de términos médicos y bioquímicos al final de la nota.

 

La vitamina B12 o cobalamina es una vitamina hidrosoluble con la estructura química más grande y más compleja de todas las vitaminas. Se le llama cobalamina porque el cobalto forma parte de su estructura química. La cobalamina pertenece a un grupo de compuestos que contienen cobalto conocidos como corrinoides, muchos de ellos son biológicamente inactivos en humanos. La cobalamina puede encontrarse bajo diferentes formas de acuerdo a los grupos químicos que se le unan, los cuales se unen justamente al átomo de cobalto (Co), dichos grupos se representan en la figura de abajo con la letra R, y es así que tenemos entonces la cianocobalamina cuando se une a un grupo cianuro, la metilcobalamina cuando se une a un grupo metilo, la  desoxiadenosilcobalamina si se une a un grupo desoxiadenosilo e hidroxicobalamina cuando el grupo unido es un grupo hidroxi; la cianocobalamina se encuentra en cantidades trazas en alimentos y es la forma más comúnmente utilizada en suplementos de B12. La metilcobalamina y la 5-desoxiadenosilcobalamina son las únicas formas activas que pueden actuar como cofactores enzimáticos. Las demás formas mencionadas son transformadas en el organismo en las formas activas.

 


Consideraciones acerca de su estructura química:

1.-   Estructura anular de tipo porfirina con un átomo de cobalto en el centro.

2.-   Cuatro anillos de pirrol reducidos.

3.-   Tres tipos de sustituyentes en los anillos de pirrol: metilos, acetamidos y propionamidos.

4.-   Un nucleótido (5,6-dimetil-benzimidazolil)  enlazado al grupo propionamido de uno de los anillos de pirrol.

5.-   Un grupo (R) enlazado al átomo de cobalto. Este grupo R pueden ser radicales cianuro (cianocobalamina), o hidroxilo (hidroxicobalamina), originándose formas químicamente estables de la vitamina B12 que son las que se usan en terapéutica; alternativamente R pueden ser sustituyentes metilo o desoxiadenosilo, formándose las coenzimas activas metilcobalamina o desoxiadenosilcobalamina respectivamente.

 

 

Antes de continuar conviene explicar que es una enzima y que es un cofactor enzimático. Una enzima es un catalizador  biológico, son moléculas proteicas que aceleran de manera específica reacciones químicas en un ser vivo, sin la presencia de una determinada enzima, la reacción que ella cataliza no se lleva a cabo o al menos no se lleva a cabo a la velocidad que un ser vivo necesita que se produzca para sostener procesos vitales.

Muchas enzimas para funcionar necesitan estar unidas a otra molécula no proteica que se denomina cofactor, coenzima o grupo prostético. Justamente la función de muchos minerales y vitaminas es servir como cofactores de determinadas enzimas. La enzima unida a su cofactor y que por lo tanto es activa, se denomina holoenzima, mientras que a la parte proteica sin cofactor se le denomina apoenzima. La apoenzima no tiene actividad catalítica, por lo tanto, cuando la alimentación no aporta una determinada vitamina sucederá que una o más enzimas que dependan de esa vitamina como cofactor no funcionarán, lo cual alterará una o varias vías metabólicas y esto conduce al establecimiento de una enfermedad por carencia de esa vitamina.

Funciones biológicas

La vitamina B12 actúa en la síntesis del aminoácido metionina en una reacción que al mismo tiempo activa el folato (vitamina B 9) el cual es necesario para la transformación de uridina en timidina, paso clave en la síntesis de ADN. También es necesaria para la síntesis de mielina, sustancia que envuelve muchas fibras nerviosas y que es de gran importancia en la transmisión del impulso nervioso y por lo tanto la B 12 actúa en el mantenimiento y la reparación de los axones neuronales, es necesaria también en la obtención de energía mitocondrial y en la eritropoyesis (formación de glóbulos rojos) en la médula ósea. Para realizar estas acciones, la vitamina B12 actúa como cofactor enzimático de 2 enzimas, la metionina sintasa y la L-metil-malonil-CoA mutasa.

 

La metionina sintasa requiere de meticobalamina para actuar y el paso bioquímico en el cual interviene es la conversión de metiltetrahidrofolato a tetrahidrofolato, la cual es una forma activa del folato (que también es una vitamina, habitualmente mencionada como ácido fólico o vitamina B9) que, como ya dije, interviene en la síntesis de ADN. En la misma reacción que el metiltetrahidrofolato se transforma en tetrahidrofolato, la metionina sintasa transforma la homocisteína en el aminoácido metionina (Figura 1). Esta reacción es muy importante porque los niveles altos de homocisteína plasmática se correlacionan con mayor riesgo de efectos cardiovasculares adversos y por otro lado porque la metionina, previa transformación en S-adenosil metionina, interviene en muchas reacciones de metilación (también llamadas de donación de metilo), que son de gran importancia, entre ellas la metilación del ADN.  La donación de metilos es un proceso en el cual se transfiere un pequeño grupo químico denominado grupo metilo de una molécula a otra para obtener sustancias con importantes funciones metabólicas. La metilación del ADN cumple un papel importante en la regulación de la expresión de genes.

 

 


 

La otra enzima dependiente de B-12, la L-metil-malonil-CoA mutasa, utiliza 5-desoxiadenosilcobalamina como cofactor y convierte el metilmalonil CoA a a succinil CoA (Figura 2), una molécula implicada en el metabolismo energético (es un intermediario en el ciclo del ácido cítrico o ciclo de Krebs) y que también participa en la síntesis del grupo hemo que forma parte de la hemoglobina. La enzima está implicada en el catabolismo (degradación) de  diversos compuestos orgánicos incluyendo aminoácidos de cadena ramificada (BCAA) y ácidos grasos de cadena impar.









 

 

Absorción

La absorción de la vitamina B12 de los alimentos es un proceso complejo que requiere una función normal del estómago, el páncreas y el intestino delgado. El ácido gástrico y la pepsina estomacal liberan la vitamina B12 de los alimentos, permitiéndole unirse a  la proteína transcobalamina-1 o haptocorrina, producida por las glándulas salivales y esofágicas. La haptocorrina protegería a la B12 de su degradación en el medio ácido estomacal. A su vez, las células parietales gástricas secretan una proteína denominada factor intrínseco (IF) la cual no puede interactuar con el complejo de vitamina B12-haptocorrina hasta que la comida pasa al duodeno. En el medio alcalino del intestino delgado, el complejo B12-transcobalamina-1 es degradado por la tripsina y otras enzimas pancreáticas, liberando la vitamina B12 para unirse al factor intrínseco (FI). Los receptores de los enterocitos en la superficie mucosa del íleon (parte final del intestino delgado), llamados receptores cubam absorben el complejo IF-B12 solo en la presencia de calcio, el cual es suministrado por el páncreas. La vitamina B12 puede ser también absorbida por difusión pasiva, sin participación del FI, pero este proceso es bastante ineficiente, solo aproximadamente un 1% de la dosis de la vitamina B12 es absorbida pasivamente. Una vez que la vitamina B12 llega a  la circulación, se une fácilmente a la proteína de transporte transcobalamina II. Primero pasa por el hígado que almacena entre 1000 a 3000 mcg y luego se distribuye en el resto de los tejidos. La vitamina B12 en el suero se encuentra unida a las proteínas transcobalamina II y haptocorrina. El complejo formado por la vitamina B12 y la transcobalamina II se denomina holotranscobalamina y el formado por la B12 y la haptocorrina se llama holohaptocorrina. La holotranscobalamina contiene aproximadamente entre el 20 al 30% de la vitamina B12 circulante y representa la vitamina B12 biológicamente activa, la cual es transportada a todas las células e ingresa a través de un receptor específico, el CD320. Luego que el complejo de vitamina B12-transcobalamina  ingresa a las células se produce la degradación lisosómica de la transcobalamina y así la vitamina B12 libre queda disponible para el metabolismo celular.

 

Deficiencia:

En adultos sanos, la deficiencia severa de la vitamina B12 no es común, principalmente porque el suministro total del cuerpo puede exceder 2,500 μg, el desgaste diario es lento, y la ingesta dietaría de solo 2.4 μg/día es suficiente para mantener un nivel adecuado de vitamina B12. Sin embargo, a nivel mundial, la deficiencia moderada de vitamina B12 es bastante común, especialmente en las naciones en vías de desarrollo en las que las personas tienen una baja o limitada ingesta de productos de origen animal (que son prácticamente la única fuente de la vitamina). En estos países la deficiencia de B12 se considera la segunda causa de anemia carencial, después de la anemia por deficiencia de hierro. Según datos de la 1era. Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2007), el 4.7% de los infantes tuvo una ingesta de B12 por debajo del requerimiento medio estimado, que se elevó al 25.6 % en las mujeres embarazadas. En individuos de mayor edad, la deficiencia de vitamina B12 es más común principalmente debido a una absorción intestinal alterada que puede resultar de una deficiencia marginal a una deficiencia severa de la vitamina B12 en esta población.

 

 La deficiencia de vitamina B12 conducirá finalmente a una anemia macrocítica (se llaman así a las anemias que se caracterizan por un tamaño de los glóbulos rojos superior al normal), neuropatía periférica y desmejoramiento cognitivo, aunque no necesariamente siempre se manifiesten estos síntomas (por ejemplo, alrededor del 40% de las personas mayores con deficiencia de B12 no desarrollan anemia). Las principales condiciones asociadas a la deficiencia de B12 son: desmejoras en la absorción (resección quirúrgica, anemia perniciosa autoinmune, pancreatitis crónica, enfermedad celíaca y de Crohn), y problemas en la digestión gástrica (gastritis atrófica, aclorhidria, gastrectomía) lo cual disminuye la capacidad de disociar la vitamina B12 que pueda estar unida a otras sustancias en productos cárnicos.

 

La gastritis atrófica autoinmune crónica es un proceso autoinmune dirigido específicamente a las células parietales gástricas, al factor intrínseco o a ambos y desemboca en la enfermedad conocida como anemia perniciosa. El daño celular parietal conduce a la menor producción de ácido gástrico y de factor intrínseco, acompañado de un aumento compensatorio de los niveles séricos de gastrina. Se cree que afecta del 10% al 30% de las personas mayores de 60 años de edad.

 

Se ha estimado que la  anemia perniciosa se encuentra presente en aproximadamente 2% de los individuos mayores de 60 años de edad. Aunque la anemia es con frecuencia un síntoma, la enfermedad es de hecho la etapa final de la gastritis atrófica autoinmune, que resulta en la destrucción de las células del estómago por anticuerpos propios (autoanticuerpos). La destrucción progresiva de las células que recubren el estómago provoca una disminución en la secreción del ácido y las enzimas requeridas para liberar la vitamina B12 ligada a los alimentos. Los anticuerpos contra el FI se unen al FI evitando la formación del complejo FI-B12, inhibiendo además la absorción de la vitamina B12. Alrededor del 20% de los familiares de los pacientes con anemia perniciosa también padecen la misma condición, sugiriendo una predisposición genética. También se piensa que la infección por Helicobacter pylori podría estar involucrada en la iniciación de la respuesta autoinmune en un subconjunto de individuos. Generalmente el tratamiento de la anemia perniciosa requiere de inyecciones de vitamina B12 para evitar depender de la absorción intestinal. La suplementación oral en dosis elevadas es otra opción del tratamiento, porque al consumir 1.000 μg (1 mg)/día de vitamina B12 oralmente debería resultar en la absorción de cerca de 10 μg/día (1% de la dosis) por difusión pasiva, que como ya vimos es un proceso independiente de la unión de la vitamina con el factor intrínseco. De hecho, la terapia oral en dosis elevadas es considerada tan efectiva como la inyección intramuscular.

 

   Los problemas de absorción aumentan a medida que se envejece y eso hace que la deficiencia de vitamina B12 sea bastante común en adultos mayores. De acuerdo a datos de estudios europeos el porcentaje de la población con concentraciones séricas sub óptimas de B12 (menos de 200 pg/ml) es de un 23% en el rango de edad que va de los 19 a los 64 años y aumenta a un 62% en los mayores de 65 años. Es importante decir que hay estudios que estiman que el porcentaje de adultos mayores que tienen deficiencia de B12 es bastante menor, pero lo que sí sabemos con certeza que con el envejecimiento aumenta el riesgo de padecerla.

 

   La malabsorción de vitamina B12 ligada a los alimentos se define como un deterioro en la capacidad de absorber la vitamina B12 ligada a los alimentos o a las proteínas, individuos con esta condición pueden absorber la forma libre completamente, ya que producen factor intrínseco. Mientras la condición es la mayor causa de un estado pobre de la vitamina B12 en la población de edad avanzada, es usualmente asociada con la gastritis atrófica y el consecuente descenso de la producción de ácido estomacal. Debido a que el ácido estomacal es requerido para la liberación de la vitamina B12 desde las proteínas en los alimentos, la absorción de la vitamina B12 disminuye. La disminución de la producción de ácido estomacal también provee de un ambiente propicio para el sobrecrecimiento estomacal de bacterias anaeróbicas, las que además también interfieren con la absorción de la vitamina B12. Debido a que la vitamina B12 en los suplementos no está unida a las proteínas, y debido a que el FI se encuentra aún disponible, la absorción de la vitamina B12 suplementaria no se reduce como en la anemia perniciosa. Así, individuos con una malabsorción de la vitamina B12 ligada a los alimentos no poseen un requerimiento mayor de vitamina B12; sólo la necesitan en su forma cristalina, la que se encuentra en alimentos fortificados y en suplementos alimenticios.

  

   Otras causas de la deficiencia de vitamina B12 incluyen la extracción quirúrgica del estómago o de porciones del intestino delgado donde se localizan los receptores cuban para el complejo FI-B12. Las condiciones que afectan al intestino delgado, como los síndromes de mala absorción (enfermedad celíaca y esprúe tropical), pueden resultar también en una deficiencia de vitamina B12. Debido a que el páncreas provee tanto las enzimas fundamentales como el calcio necesario para la absorción de la vitamina B12, la insuficiencia pancreática puede contribuir a la deficiencia de vitamina B12. Ya que la vitamina B12 sólo se encuentra en alimentos de origen animal, una dieta vegetariana estricta ha resultado en casos de deficiencia de vitamina B12. También los alcohólicos pueden experimentar una absorción intestinal de vitamina B12 reducida, e individuos con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) parecen estar en un mayor riesgo de deficiencia, posiblemente relacionada a una falla del receptor FI-B12 para captar el complejo FI-B12. Además, el uso a largo plazo de fármacos como la colestiramina, medicamentos antiácidos, especialmente los inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol entre otros, y de hipoglucemiantes orales para el tratamiento de la diabetes (metformina) también se han implicado en la deficiencia de vitamina B12.

   Aunque si bien son raros se han reportado casos de errores innatos del metabolismo de la vitamina B12. El síndrome de Imerslund-Gräsbeck es un síndrome de malabsorción hereditario de la vitamina B12 que causa anemia megaloblástica y desórdenes neurológicos de gravedad variable en sujetos afectados. Síntomas clínicos similares son encontrados en individuos con una deficiencia hereditaria del FI (también llamada anemia perniciosa congénita) en los cuales la deficiencia del FI resulta en una deficiente absorción de la vitamina B12. También se han identificado mutaciones que afectan el transporte de la vitamina B12 en el organismo.

Más allá de las complicaciones en la absorción, las deficiencias de B12 son más prevalentes en poblaciones vegetarianas que en poblaciones omnívoras debido a que la B12 se encuentra en productos animales. Fuera de los alimentos de origen animal se encuentra vitamina B12 en la clase de algas Chlorella, en una concentración que en principio, ingiriendo el polvo desecado en una cantidad adecuada, podría ser suficiente para prevenir la deficiencia en personas sanas, pero no para tratar una deficiencia ya establecida.

 

La deficiencia congénita y las alteraciones genéticas de la transcobalamina conducen a deficiencia de vitamina B12 poco después del nacimiento y se manifiestan clínicamente con manifestaciones hematológicas, neurológicas y metabólicas propias de la deficiencia de B12, las cuales requieren tratamiento agresivo incluso cuando el valor sérico de la vitamina B12 se encuentra normal.

 

Prevalencia
Según la OMS, en 2005, el déficit de B12, definido como dosaje de B12 menor a 148 pmol/l, era cercano al 50% en países como India, y entre el 5 y 30% en el resto del mundo. En población de riesgo, como las embarazadas y niños, la prevalencia de déficit de B12 es aún mayor. En una revisión que incluyó 11.381 embarazadas, se evidenció una prevalencia del 27,5% de deficiencia y un 60% de insuficiencia. En esa misma revisión se evaluaron 22.331 niños, de los cuales el 12,5% presentaba deficiencia y el 29% insuficiencia para valores menores a 148 pmol/L y 220 pmol/L respectivamente.
A nivel nacional, en 2005, se realizó la primera Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 1). Según los resultados, se estimó que el 4,7% de los menores de 23 meses y el 3,4% de los niños entre 2 y 5 años tenían una ingesta de B12 por debajo del requerimiento diario. En el grupo de mujeres de 10 a 49 años se observó que el 3,4% presentaba dosaje de B12 inferiores a 150 pmol/l y el 11,9% inferiores a 200 pmol/l. En el grupo de embarazadas, el 18,2% presentaba déficit y el 30,9% insuficiencia. Los datos de nuestro país evidencian una alta prevalencia de déficit de B12 en la población general, a pesar de presentar una dieta omnívora, especialmente en los grupos de riesgo, como los niños y las embarazadas, con una fuerte asociación con la pobreza. No hay estudios transversales realizados posteriores al ENNyS 1, donde se haya medido el déficit de B12 en Argentina, sin embargo, no existen indicios socioeconómicos que evidencien que esta situación haya mejorado. Por el contario, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, INDEC), el porcentaje de personas que vive bajo la línea de pobreza pasó del 23,4% en 2007 al 42% en 2020, y en consecuencia, disminuyó el consumo de alimentos de origen animal lo que ocasionó innumerables compromisos nutricionales como la obesidad, la desnutrición y los déficits vitamínicos, entre ellos, de la B12.

 

Los niños y adolescentes tienen mayor riesgo de déficit por el aumento de los requerimientos secundarios al crecimiento acelerado, así como también las embarazadas. Los niños nacidos de madres que tenían depósitos de B12 normales, nacen con aproximadamente 25 µg de B12 como reserva corporal. Los mismos son suficientes para que el neonato mantenga valores normales hasta los 3-6 meses de vida. Es por ello que la lactancia materna exclusiva prolongada es otro factor de riesgo.
En Argentina la causa más común de déficit de B12 en niños es el aporte insuficiente, ya sea por dieta deficitaria o por ser hijos de madres con déficit de B12.

 

 

Síntomas y signos de la deficiencia de vitamina B12

La deficiencia de la vitamina B12 resulta en un deterioro de las actividades de las enzimas que requieren de la vitamina B12. La actividad deteriorada de la metionina sintasa resulta en niveles elevados de homocisteina, mientras que la actividad deteriorada de L-metilmalonil-CoA mutasa resulta en niveles aumentados de un metabolito del metilmalonil-CoA denominado ácido metilmalónico (AMM). Los individuos con una leve deficiencia de vitamina B12 pueden no experimentar síntomas, aunque los niveles sanguíneos de homocisteína y/o AMM podrían estar elevados.

Los síntomas de deficiencia pueden ir de leves  a severos e incluso a veces pueden no manifestarse.  Se sugiere que dado que puede llevar un tiempo relativamente largo que las reservas de B12 se agoten podría deberse a esto que los síntomas pueden tardar en verse, pero una vez agotadas las reservas, los síntomas, algunos de los cuales son irreversibles, pueden manifestarse rápidamente. La deficiencia de vitamina B12 provoca manifestaciones hematológicas y neuropsiquiátricas que pueden ocurrir juntas o de manera independientes. La anemia megaloblástica por deficiencia de folato y otras causas comparten las mismas manifestaciones hematológicas que la deficiencia de vitamina B12, pero sin las características neurológicas.

Anemia megaloblástica: La actividad disminuida de la metionina sintasa en la deficiencia de vitamina B12 inhibe la regeneración del tetrahidrofolato (THF) y atrapa el folato en una forma que no es utilizable por el cuerpo (Figura 3), resultando en síntomas de deficiencia de folato incluso en presencia de niveles de folato adecuados. El folato es una vitamina que interviene en el metabolismo de los precursores de los ácidos nucleicos y de varios aminoácidos. De esta manera, tanto en la deficiencia de folato como en la de vitamina B12, el folato no está disponible para participar en la síntesis de ADN. Este deterioro de la síntesis de ADN afecta a las células de división rápida de la médula ósea antes que a otras células, resultando en la producción de eritrocitos grandes, inmaduros, y con poca hemoglobina. La anemia resultante es conocida como anemia megaloblástica. La suplementación con ácido fólico proveerá suficiente folato utilizable como para restaurar la formación normal de glóbulos rojos. Sin embargo, si la causa es la deficiencia de vitamina B12, esta persistirá a pesar de la resolución de la anemia. Así, la anemia megaloblástica no debería tratarse con ácido fólico hasta que la causa subyacente haya sido determinada. Los síntomas secundarios a la anemia son: fatiga, disnea y poca tolerancia al ejercicio. Además de la anemia macrocítica, puede observarse aplasia medular y pancitopenia; menos frecuentemente se han descripto casos de pseudo microangiopatía trombótica, con síntomas similares al síndrome urémico hemolítico.




   Síntomas neurológicos: Los síntomas neurológicos de la deficiencia de vitamina B12 incluyen entumecimiento y cosquilleo de las manos y, más comúnmente, en los pies (parestesias bilaterales); hipotonía, hiperreflexia, parálisis, dificultad para caminar (alteraciones de la marcha y del equilibrio), disminución de la sensibilidad vibratoria y posicional, pérdida de la visión, las manifestaciones psiquiátricas son pérdida de memoria, desorientación, delirio, demencia, depresión, manía y alucinaciones. Existen además reportes que asocian al déficit de B12 como una causa de epilepsia.

Aunque, la progresión de las complicaciones neurológicas generalmente es gradual, dichos síntomas no son reversibles con el tratamiento de la deficiencia de vitamina B12, especialmente si han estado presentes por mucho tiempo. Aunque los síntomas neuropsiquiátricos suelen desarrollarse después de las anormalidades hematológicas, las complicaciones neurológicas no siempre están asociadas con la anemia megaloblástica y son el único síntoma clínico de la deficiencia de vitamina B12 en alrededor de un 25% de los casos, teniendo en estos casos los pacientes un hematocrito normal o un volumen corpuscular medio (VCM) normal.

   La metionina es precursora de la S-Adenosilmetionina (SAM), molécula necesaria para el mantenimiento de la mielina. Es por ello que, ante el déficit de B12, se genera desmielinización y polineuropatía periférica. Aunque se sabe que la deficiencia de vitamina B12 daña la vaina de mielina que cubre los nervios craneales, los nervios espinales y los nervios periféricos, y que puede causar degeneración subaguda combinada de las columnas dorsal y lateral de la médula espinal, los procesos bioquímicos que conducen al daño neurológico en la deficiencia de vitamina B12 aún no son bien comprendidos. La SAM también está implicada en la formación de creatina, fuente de reserva energética muscular, y es la responsable de los movimientos mioclónicos que aparecen en pacientes con déficit de B12

Aún no está claro por qué ciertos pacientes son propensos a las complicaciones hematológicas y otros  tienen secuelas neurológicas, pero aquellos con anormalidades subyacentes como enfermedades neurológicas preexistentes o condiciones de falla de la médula ósea pueden ser más propensos a desarrollar efectos secundarios relacionados con esas condiciones.

Síntomas gastrointestinales: El dolor en la lengua, la pérdida de apetito (anorexia) y la constipación también han sido asociados a la deficiencia de vitamina B12. El origen de estos síntomas no está claro, pero puede estar relacionado con la inflamación del estómago subyacente a algunos casos de deficiencia de vitamina B12, y a la progresiva destrucción del revestimiento estomacal. En la deficiencia de vitamina B12, la glositis atrófica (inflamación de la lengua con daño en las papilas) es una enfermedad común, aunque inespecífica.

Otros hallazgos: En la deficiencia de vitamina B12 y folato se observa mayor riesgo de trombosis, posiblemente como resultado de la hiperhomocisteinemia. En un ensayo clínico en Nigeria se observó que el espesor de la íntima carotídea aumentaba 0,01 mm por cada 1 punto que aumentaba la homocisteína en pacientes con déficit de B12. En los últimos años, el espectro de síntomas se ha ampliado y se agregaron: falla del crecimiento, apatía, disfunción gastrointestinal con vómitos o rechazo de los alimentos sólidos, dificultades en la succión, malabsorción, infertilidad e hiperpigmentación cutánea. Asimismo se relacionó el déficit de B12 con abortos espontáneos, nacimientos pretérmino, bajo peso al nacer y retardo en el crecimiento intrauterino. Hay estudios que muestran que los recién nacidos de madres con déficit de B12 tienen un riesgo cinco veces mayor de presentar defectos en el cierre del tubo neural.
Por otro lado, la B12 es importante en la síntesis de catecolaminas. Su deficiencia produce disfunción autonómica y afecta la regulación simpática de la presión arterial. En base a esto, es que se sugirió que el déficit de B12 se relaciona con algunos tipos de síncope y al síndrome de taquicardia ortostática postural. Menos conocidas son las manifestaciones dermatológicas del déficit de B12, aunque suelen ser un signo frecuente. La hiperpigmentación en el dorso de manos y pies, con mayor intensidad en las uniones interfalángicas, "hiperpigmentación de los nudillos", es la más reportada.

 

Síntomas por deficiencia en la dieta durante la primera infancia y la niñez
Los primeros 2 años de vida de un niño son críticos para la mielinización de las neuronas, por lo que para el desarrollo neurológico durante este período se requiere el depósito adecuado de B12. El hijo de una madre con deficiencia de vitamina B12 puede haber nacido con deficiencia de B12 o dicha deficiencia puede ocurrir cuando solo recibe lactancia materna, usualmente entre los 4 y los 6 meses de edad. Las manifestaciones típicas de la deficiencia de vitamina B12 en los niños son: mal desarrollo cerebral y mal crecimiento y desarrollo general, regresión del desarrollo, hipotonía, dificultad en la alimentación, letargo, temblores, hiperirritabilidad y coma. Las imágenes cerebrales pueden mostrar atrofia y retardo de la mielinización. Puede haber anemia.

El aporte de vitamina B12 mejora rápidamente la capacidad de respuesta y muchos niños se recuperan por completo. Sin embargo, cuanto más prolongado es el período  de deficiencia más probabilidad hay de que las discapacidades sean permanentes. Las madres de los niños con deficiencia de vitamina B12 suelen tener anemia perniciosa no diagnosticada, pero pueden tener el antecedente de una cirugía de bypass gástrico, síndrome del intestino corto o seguir una dieta vegetariana o vegana.

EMBARAZO   

La deficiencia de B12 se relaciona con embarazos de mala evolución, riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer; defectos del tubo neural y cardiopatía congénita (estas dos últimas asociadas a déficit de folatos) por consiguiente mayor riesgo de morbilidad infantil.

En una revisión sistemática y en un meta  análisis que incluyó dieciocho estudios (11.216 observaciones), se evaluaron las asociaciones de las concentraciones de B12 en plasma materno, con el peso al nacer de la descendencia y la duración de la gestación. No se observó asociación lineal entre los niveles maternos de B12 durante el embarazo y el peso al nacer, pero valores de B12 inferiores a 148 pmol / L se asociaron con mayor riesgo de bajo peso al nacer. Hubo asociación lineal entre niveles maternos de B12 y parto prematuro.

Sin embargo, en otra revisión sistemática y meta análisis, los autores concluyeron que la insuficiencia de B12 durante el embarazo es común incluso en poblaciones no vegetarianas y que las concentraciones de B12 disminuyen desde el primer al tercer trimestre pero, no encontraron asociación consistente entre la insuficiencia de B12 y bajo peso al nacer.     

 

Síntomas clínicos de la deficiencia de Vit-B12 – Sumario

 • Anemia Megaloblástica

     Fatiga

     Cansancio

     Mareos

• Enfermedad desmielinizante del sistema nervioso central

   Hormigueo o entumecimiento en los dedos de manos y pies

   Problemas de marcha y equilibrio

   Irritabilidad, depresión, falta de memoria y problemas de atención y concentración. 

   Trastornos psiquiátricos: demencia, manía, psicosis y cambios de personalidad   

   Atrofia óptica

• Disfunción gastrointestinal

    Glositis

    Malabsorción

• Infertilidad

• Vitiligo

 

Evaluación y Diagnóstico
Es difícil hacer el diagnóstico clínico de la deficiencia de vitamina B12 o confirmarla por medio de análisis clínicos. La historia clínica puede incluir los síntomas de la anemia, los trastornos subyacentes que causan la malabsorción y los síntomas neurológicos. Los síntomas neurológicos más comunes son las parestesias o insensibilidad simétrica o los trastornos de la marcha. El examen físico puede revelar palidez, edema, alteraciones de la pigmentación cutánea, ictericia o defectos neurológicos como la alteración de la sensibilidad vibratoria, posicional y táctil, la ataxia y la debilidad. Si se trata de un paciente que lleva una dieta  vegetariana o vegana y no presenta síntomas, confirmar la deficiencia por métodos de laboratorio también se hace difícil.

 •  Análisis de la vitamina B12
La primera prueba a realizar para confirmar el diagnóstico de deficiencia de vitamina B12 es la determinación de su nivel sérico. Para definir la deficiencia de vitamina B12, en forma convencional se utiliza un nivel de corte <150 pmol/l, pero los médicos también deben consultar el rango de referencia proporcionado por el laboratorio local. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define déficit de B12 con valores inferiores a 148 pmol/l . La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) sugiere mantener valores mayores a 360 pmol/l. Para el análisis bioquímico de B12 no se requiere el ayuno. Es una prueba barata, fácil de hacer en atención primaria, y ampliamente disponible. Aunque un nivel extremadamente bajo (<100 pg/ml) comúnmente se asocia con manifestaciones clínicas, su observación es poco frecuente. Si como puntos de corte para el diagnóstico de deficiencia de vitamina B12 se utilizan los valores de referencia más bajos dados por el laboratorio es común hallar valores negativos y positivos falsos (hasta en el 50% de los análisis).

La elevada tasa de resultados negativos y positivos falsos puede deberse al hecho de que solo el 20% de la vitamina total medida es liberada de la proteína celular, la transcobalamina; el resto se une a la haptocorrina, una proteína de función desconocida.

La vitamina B12 unida a haptocorrina, a pesar que representa alrededor del 80% de la vitamina B12 circulante, se considera metabólicamente inerte. La holotranscobalamina se ha señalado como uno de los primeros marcadores de la deficiencia de B12, con un mejor desempeño para detectar la deficiencia que la medición sérica de vitamina B12 total, cuyos niveles corresponden principalmente a la vitamina unida a haptocorrina.

Para descartar el diagnóstico de deficiencia de vitamina B12 en los pacientes con anormalidades clínicas compatibles y dadas las limitaciones que poseen los análisis disponibles, los médicos NO deben usar los límites inferiores del rango normal referido por los laboratorios.

 • Hemograma completo con hemoglobina, volumen corpuscular medio (VCM), hematocrito y frotis sanguíneo

La presencia de anemia, particularmente si es macrocítica (VCM >100 fL), aumenta la sospecha de deficiencia de B12 y requiere una prueba rápida de B12 y de los niveles de folato.

 

Una causa de anemia macrocítica es la megaloblastosis, referida a la división celular retardada causada por un bloqueo en la síntesis de ADN. Esto ocurre exclusivamente en la deficiencia de B12 o de folato.

 

Otros hallazgos hematológicos en la deficiencia de B12 son: leucopenia leve, trombocitopenia, pancitopenia  y neutrófilos hipersegmentados.

 

Es importante recordar que el VCM puede ser normal en presencia de microcitosis concomitante, como sucede en la deficiencia de hierro o la talasemia. Si está clínicamente indicado, deben hacerse pruebas de detección para estas condiciones.

 

Las guías del Reino Unido recomiendan que antes de comenzar el tratamiento se controle el nivel del vitamina B12 total en el suero, pero en entornos de escasos recursos, donde las pruebas de B12 y folato no están fácilmente disponibles o son caras, los médicos pueden iniciar el tratamiento ante el hallazgo de una anemia macrocítica (u otros signos objetivos de deficiencia de B12).

 

Cuando no se cuenta con los valores de laboratorio de B12 o folato, ese enfoque puede ser más seguro que el de no tratar. De modo que debe administrarse B12 y ácido fólico juntos y reevaluar después de 1 semana mediante un nuevo hemograma completo.

 • Folato en suero

Para que el folato cumpla con su función celular debe actuar sinérgicamente con la vitamina B12, de modo que debe ser revisado y corregido si fuera necesario. Las deficiencias de B12 y folato pueden coexistir, particularmente en situaciones de malabsorción o deficiencia nutricional severa.

Estudios especializados

Pruebas para determinar la causa de la deficiencia de vitamina B12
Sospecha de anemia perniciosa

La prevalencia de anemia perniciosa es de aproximadamente 4% en países europeos y aumenta con la edad. Es una forma de gastritis atrófica con destrucción autoinmune de las células parietales del estómago, con la pérdida de la producción de factor intrínseco, lo que conduce a la reducción de la absorción de B12.

Hay una asociación con otras condiciones autoinmunes, aunque pueden ocurrir en forma aislada. Algunos investigadores sugieren que los estudios para la anemia perniciosa deben considerarse en los pacientes con manifestaciones clínicas de deficiencia de B12 (síntomas hematológicos o neurológicos) independientemente de los niveles de B12, también como en aquellos con niveles bajos de B12 en suero sin ninguna causa o factores de riesgo obvios.

Los estudios para la anemia perniciosa son:

 • Análisis de anticuerpos contra el factor intrínseco
Son altamente específicos de la anemia perniciosa (95-100%), lo que significa que los positivos falsos ocurren el en el 5% de los casos. Sin embargo, la sensibilidad de este test es solo del 50-60%, de manera que un resultado negativo no descarta la enfermedad.

 • Condiciones de malabsorción
Estudiar a los pacientes en quienes se sospecha malabsorción gastrointestinal y considerar su derivación al gastroenterólogo. Si el paciente consume suficiente cantidad de vitamina B12 y la deficiencia está confirmada, entonces existe malabsorción. Un análisis positivo de anticuerpos antifactor intrínseco o anticélulas parietales indica anemia perniciosa. Si se halla un nivel elevado de gastrina sérica en ayunas y un nivel bajo de pepsinógeno I sérico se puede hacer el diagnóstico de gastritis atrófica crónica. Algunos especialistas recomiendan hacer una endoscopia para confirmar la gastritis y descartar el tumor carcinoide gástrico y otros cánceres del estómago, dado que los pacientes con anemia perniciosa tienen mayor riesgo de desarrollar esas neoplasias.

 • Otras investigaciones especializadas

Holotranscobalamina
Es la forma funcional de la vitamina B12 absorbida y utilizada por los tejidos. Generalmente se correlaciona bien con niveles totales de B12, medido por los ensayos de B12 estándar. La ventaja de medir esta forma de B12 es que da una indicación de la B12 biológicamente activa en el cuerpo y no se ve afectada por condiciones que disminuyen la proteína de unión a B12, la  haptocorrina, como el embarazo, el uso de anticonceptivos orales y la infección por VIH.

Recientemente el National Institute for Health and Care Excellence (NICE) del Reino Unido de Gran Bretaña ha aprobado un ensayo para la holotranscobalamina sugiriendo que podría reemplazar a la prueba B12 total, particularmente en situaciones de resultados de B12 indeterminados o limítrofes.

Una concentración de holotranscobalamina sérica entre 40 y 100 pmol/l podría ser el objetivo para definir B12 suficiente en adultos. La SAP recomienda valores mayores a 45 pmol/l.


Por otro lado, la espectrometría de masa realizada en el screening neonatal ampliado detecta la deficiencia de B12 a través del incremento de la propionilcarnitina (C3), que aumenta por el exceso de propionil Coa, secundario al déficit de B12. Aunque, según la causa, la propionilcarnitina podría no estar elevada al momento del nacimiento, por lo cual su sensibilidad es baja.

Medición del ácido metilmalónico sérico y la homocisteína total
Estas mediciones son útiles para hacer el diagnóstico de deficiencia de vitamina B12 en los pacientes que no han recibido tratamiento. Los niveles del ácido metilmalónico  (AMM) sérico y de la homocisteína total están muy elevados en la gran mayoría (>98%) de los pacientes con deficiencia clínica de vitamina B12, incluyendo aquellos que solo tienen las manifestaciones neurológicas (por ej., sin anemia). 
El AMM se ha recomendado como una prueba de segunda línea para el diagnóstico de la deficiencia de B12, aunque su disponibilidad en la práctica clínica a veces es limitada. Para confirmar la deficiencia de B12, el nivel de AMM, por sí mismo, tiene una sensibilidad del 86% y >99% si se combina con la elevación de la homocisteína.

Las guías sostienen que cuando la probabilidad clínica es elevada pero los resultados del análisis de B12 en suero de primera línea están en el límite, o cuando hay discordancia entre los valores de B12 los y síntomas clínicos, las determinaciones del AMM y de homocisteína son útiles para determinar la deficiencia bioquímica de la B12.

Los niveles elevados de AMM sérico y de homocisteína total disminuyen inmediatamente después del tratamiento y pueden ser medidos para documentar que el reemplazo de la vitamina B12 es adecuado. Los niveles de estos metabolitos son normales hasta en el 50% de los pacientes con niveles bajos de vitamina B12 que no muestran respuesta hematológica o neurológica a la terapia de reemplazo, lo que indica que los valores bajos de B12 son resultados positivos falsos.

En los pacientes con signos clínicos compatibles o en quienes se desea hacer un tratamiento empírico utilizando puntos finales definidos para documentar la respuesta clínica y debido a las limitaciones de los análisis de vitamina B12 para confirmar el diagnóstico de deficiencia, puede ser adecuado medir el AMM sérico, la homocisteína total o ambos. Un nivel elevado de AMM sérico es bastante específico de deficiencia de vitamina B12 a la vez que siempre disminuye con el tratamiento con vitamina B12.

En la insuficiencia renal se observa un ligero aumento AMM (300 a 700 nmol/l). Sin embargo, casi todos los pacientes con anemia megaloblástica o mielopatía tienen niveles de AMM >500 nmol/l, y el 86% tiene niveles >1.000 nmol/l.  El nivel de AAM también puede aumentar en condiciones tales como la deshidratación y el crecimiento bacteriano excesivo en el intestino delgado, dando lugar a resultados positivos falsos. El nivel de homocisteína sérica es menos específico, dado que también se eleva en la homocistinuria clásica, por deficiencia de folato, de vitamina B2 y B6, en el hipotiroidismo, insuficiencia renal, hipovolemia, enfermedades neurodegenerativas, patologías malignas y algunos fármacos (metotrexato, teofilina, fenitoína), de modo que es menos específica que el AMM para el diagnóstico de deficiencia de B12.

Dado que los niveles de homocisteína pueden verse afectados por el almacenamiento de la muestra a temperatura ambiente, la sangre debe guardarse en hielo y ser trasladada a un laboratorio para ser procesada dentro de las 2 horas (siempre que se mantenga en hielo). La falta de rapidez en la separación del plasma también podrían afectar los niveles de homocisteína y aumentarlos hasta un 10%.

La elevación de los niveles de AMM puede ocurrir cuando los niveles de B12 son < 400 pmol/l, valor que es más elevado que el umbral asociado con resultados clínicos adversos, y puede estar particularmente asociado con el deterioro cognitivo acelerado.

La mayoría de los estudios coincide en que para realizar un diagnóstico de déficit de B12 se requiere efectuar más de una determinación. Schedvin et al. recomendaron realizar como primera línea diagnóstica un dosaje de homocisteína y, ante valores alterados, efectuar una segunda prueba para diferenciar déficit de B12 y de ácido fólico. Herrmann y Obeid propusieron el dosaje de holotranscobalamina como primera línea diagnóstica, y a los pacientes con dosajes entre 23 y 75 μmol/l realizarles dosaje de ácido metilmalónico para confirmar el diagnóstico. En este estudio se demostró que la holotranscobalamina presentaba mayor sensibilidad y lograba evidenciar el déficit de B12 de forma más temprana que el dosaje de B12 total.

 

La Ingesta Diaria Recomendada (IDR)

La IDR (que se define como el promedio del nivel de ingesta dietética diaria suficiente de un nutriente como para cubrir las necesidades de casi todos los individuos sanos en una etapa de la vida y en un grupo de género específico) para la vitamina B12 fue revisada por la Junta de Nutrición y Alimentos (JNA) del Instituto de Medicina de los Estados Unidos en 1998. Debido al incremento del riesgo de una malabsorción de vitamina B12 ligada a los alimentos en adultos mayores, la JNA recomendó que los adultos sobre los 50 años de edad obtengan la mayor parte de la IDR de alimentos fortificados o de suplementos que contengan vitamina B12.

Las sociedades de nutrición de Alemania, Austria, y Suiza son las editoras de los "D-A-CH reference values for nutrient intake" (valores de referencia para ingesta de nutrientes de Alemania, Austria y Suiza), los cuales son revisados regularmente. Estos valores de referencia fueron actualizados en 2018. La ingesta estimada para adultos se basa en concentraciones séricas de holotranscobalamina adecuadas y ácido metilmalónico. Los valores estimados para niños y adolescentes son extrapolados de los valores de referencia para adultos, considerando las diferencias en la masa corporal y factores de crecimiento. Para niños de menos de 4 meses se estableció un valor estimado basado en la ingesta de vitamina B12 vía la lactancia materna. Los valores de referencia para mujeres embarazadas y en período de lactancia consideran los requerimientos del feto y la pérdida a través de la leche materna. Los valores estimados de ingesta de vitamina B12 para infantes, niños y adolescentes van desde 0,5 a 4,0 µg / d. Para adultos, el valor estimado se estableció en 4.0 µg / d, y para embarazadas y mujeres en etapa de lactancia en 4.5 and 5.5 µg / d, respectivamente.

  

 

Ingesta Diaria Recomendada (IDR) para Vitamina B12

      Etapa de la Vida 

Edad 

Instituto de Medicina (μg/día) 

D-A-CH References

Values  (μg/día) 

     Infantes 

0-6 meses 

0.4 (IA

0.5 (IA) 

     Infantes 

6-12 meses 

0.5 (IA) 

1.4 (IA) 

     Niños 

1-3 años 

0.9 

1.5 

     Niños

4-7 años 

1.2 

2.0 

     Niños 

7-9 años 

1.2 

2.5 

     Niños 

10-13 años 

1.8 

3.5 

     Adolescentes  

14-18 años 

2.4 

4.0 

     Adultos 

19-50 años 

2.4 

4.0 

     Adultos 

51 años y más 

2.4* 

2.4* 

     Embarazo 

Todas las edades 

2.6 

4.5 

     Período de lactancia 

Todas las edades 

2.8 

5.5

·         IA Ingesta adecuada. Establecida por la Junta de Nutrición y Alimentos del Instituto de Medicina de los EE.UU., la IA es

un valor de ingesta recomendada basado en estimaciones observadas o determinadas experimentalmente de la ingesta de nutrientes por un grupo de personas sanas, el que se asume como adecuado. Se establece la IA cuando no se puede determinar la IDR.

      *     La ingesta de vitamina B12 debiera provenir de suplementos o de alimentos fortificados debido al incremento de la

              mala absorción ligada a los alimentos relacionada con la edad.

 

Otra población con riesgo de déficit de B12 la constituyen las mujeres embarazadas, ya que se ha demostrado que la concentración de la B12 presenta una disminución fisiológica del 70-75% alrededor de la semana 20 de embarazo. Teniendo en cuenta este fenómeno es que se estableció que las embarazadas que comienzan su embarazo con un dosaje de B12 total menor a 250 pmol/l, presentan mayor riesgo de déficit y algunos autores recomiendan buscar valores mayores a 300 pmol/l al comienzo del embarazo para evitar la insuficiencia e indicar suplementación a las mujeres que presenten valores límites.

 

Fuentes alimenticias

Sólo las bacterias pueden sintetizar la vitamina B12. La vitamina B12 está presente en productos animales como la carne, las aves de corral, el pescado (incluyendo mariscos), y en menor medida, en productos lácteos y huevos. La leche fresca pasteurizada contiene 0.9 μg por vaso (250 ml) y es una fuente importante de vitamina B12 para algunos vegetarianos. El rumen del ganado vacuno, ovino y caprino contiene cepas bacterianas capaces de sintetizar B12, que luego es absorbida en el intestino y pasa a los distintos tejidos y a la leche. El cerdo y las aves, por su condición de omnívoros, obtienen la B12 de su alimentación, por lo que su contenido en este tipo de carnes suele ser menor que en la vacuna.  En el ambiente acuático, la B12 producida por ciertas bacterias y archaebacterias es captada por el fitoplancton, que es consumido por el zooplancton y el resto de la cadena alimentaria marina, por lo cual pescados y mariscos también son fuente de B12. En general el contenido de vitamina B12 es mayor en los pescados carnívoros grandes que en peces pequeños. Aquellos vegetarianos estrictos que no comen ningún producto animal (veganos) necesitan tomar un suplemento de vitamina B12 para satisfacer sus requerimientos. Pero en general todos los vegetarianos están en riesgo de sufrir una deficiencia de B12. Análisis recientes revelaron que algunos alimentos vegetales y algas y hongos comestibles, contienen sustanciales cantidades de vitamina B12 pero la caracterización de los compuestos hallados reveló que se trata de corrinoides inactivos en humanos. La mayoría de las algas azul verdes comestibles (cyanobacteria), entre ellas la espirulina, contienen un corrinoide inactivo conocido como pseudovitamina B12. Sin embargo en el alga chlorella se halla vitamina B12 activa. En muchos de estos alimentos encontramos vitamina B12 activa y corrinoides inactivos y como estos últimos pueden bloquear la acción de la vitamina B12 activa las microalgas no son una fuente confiable de B12. Por la misma razón no se consideran adecuados los suplementos que combinan espirulina con vitamina B12. La Academia Americana de Nutrición y Dietética en su documento de posición sobre alimentación vegetariana12 indica que los alimentos fermentados, como el tempeh, algas nori, espirulina, alga chlorella, o la levadura nutricional no fortificada no pueden ser consideradas fuentes adecuadas o prácticas para el aporte de B12 para vegetarianos. Los champignones de la familia Agariscus Bisporus contienen muy bajas concentraciones de B12 y el Shiitake, unos de los hongos más consumidos en las dietas vegetarianas, tiene altas concentraciones, pero con gran variabilidad (5.61 ± 3.9g/100g peso seco) por lo cual no podemos saber con precisión cuanta B12 estamos incorporando al ingerir estos alimentos.   Además, varios factores afectan la bioactividad de la vitamina B12 en alimentos. Por ejemplo, la vitamina B12 es parcialmente degradada y pierde su actividad biológica durante la cocción y el almacenamiento de alimentos.

Las almejas y el bife de hígado vacuno son las fuentes más ricas de B12, conteniendo alrededor de 93 y 80 μg de B12 en una porción de 100 gramos. La cantidad de B12 encontrada en 100 g de pollo varía de alrededor de 4 μg en el hígado entero a 0.04 μg en el cuello del pollo. El cerdo contiene cada 100 g entre 0.35 μg de B12 en una salchicha a alrededor de 13.4 μg en   el hígado. El contenido de B12 en pescados va desde alrededor de 9 μg en medio filete de salmón rojo a alrededor de 0.59 μg en 100 gramos de atún aleta amarilla. La leche contiene entre 0.3 y 0.4 μg/100 g de B12, con una tasa de absorción de alrededor del 65%. Los quesos tienen un contenido de B12 que va del 20 al 60% del contenido de la leche. Un huevo entero contiene entre 0.9 y 1.4 μg/100 g. La vitamina B12 puede ser destruida por el calor y por esta razón, hervir la leche puede destruir entre un 30 a un 50% de la B12, dependiendo de la duración del calentamiento.

 

La mayoría de las personas no tiene problemas para alcanzar la IDR de 2.4 μg/día de vitamina B12 en la comida. De acuerdo a una encuesta nacional en los Estados Unidos, la ingesta promedio de vitamina B12 es de alrededor de 5.4 μg/día para hombres adultos, y 3.4 μg/día para mujeres adultas. Los adultos mayores de 60 años tuvieron una ingesta promedio de 4.8 μg/día. Sin embargo, el consumo de cualquier tipo de dieta vegetariana  incrementa significativamente (y a veces de manera repentina) la prevalencia de la deficiencia de vitamina B12 en individuos de todas las edades. En un estudio publicado en Nutrition Reviews en febrero del 2013 (Nutrition Reviews, Volume 71, Issue 2, 1 February 2013, Pages 110–117, https://doi.org/10.1111/nure.12001  How prevalent is vitamin B12 deficiency among vegetarians? se intentó establecer la tasa de depleción y deficiencia entre vegetarianos y veganos. Aunque alguna vez se pensó que la deficiencia de B12 era extremadamente rara excepto entre vegetarianos estrictos (veganos), ahora sabemos que dicha deficiencia es relativamente común entre las personas que llevan cualquier tipo de dieta vegetariana, incluyendo la dieta lacto-ovo-vegetariana. Para realizar este trabajo se analizaron diversos estudios que reportaron el estado de la B12 a partir de medidas de holo-transcobalamina II (holo-TCII) y/o ácido metilmalónico (AMM) sérico o urinario. Aunque como ya hemos visto existen diversas técnicas para medir el estado de la B12, por ejemplo medir la concentración de la vitamina en plasma o suero, medir el volumen corpuscular medio (VCM) de los eritrocitos o la concentración de homocisteína, los estudios más recientes indican que la medición de holo-TCII y AMM son los indicadores más precisos del estado de la B12 mientras que la medida de B12 plasmática o sérica y el VCM son pocos confiables. Se ha sugerido que la progresión desde un estado normal de B12 a la deficiencia pasa a través de un estado  llamado depleción y que la holo-TCII es el mejor marcador en este estado mientras que el MMA es el mejor marcador del estado de la B12 cuando los depósitos están exhaustos y se ha llegado a la deficiencia. También se sugiere que se debería usar más de una técnica de evaluación para determinar el estado de la B12 y que los investigadores que reportaron el estado de la B12 entre vegetarianos basados en el uso del nivel de B12 sérica como un marcador del estado de la B12 probablemente subestimaron la tasa de deficiencia debido a la imprecisión inherente a este método de evaluación. Según el criterio utilizado para definir deficiencia, la prevalencia de la misma en vegetarianos puede ir desde el 11% al 90% de la población

Uno de los principales hallazgos es que los vegetarianos desarrollan deficiencia de B12 independientemente de las características demográficas, el lugar de residencia, la edad, o el tipo de dieta vegetariana consumida.

En niños se reportaron tasas más altas de deficiencia entre aquellos que siguieron un estilo de vida vegetariano desde el nacimiento, comparado con aquellos que lo adoptaron en una etapa posterior de la vida. Este hallazgo es probablemente debido a que las madres de estos niños son también vegetarianas y sus depósitos de B12 son bajos lo que da como resultado bajos depósitos de B12 en su descendencia.

Otro hallazgo sorprendente fue que la tasa de deficiencia fue mayor entre veganos que usaron suplementos de B12 (88%) que entre aquellos que no los usaron (83%). Este hecho puede deberse a dos factores: 1) Uso de los suplementos con una frecuencia menor a la necesaria 2) Uso de los suplementos con una dosis menor que la necesaria para mantener un estado de B12 adecuado. Si bien los suplementos orales han demostrado ser efectivos para corregir la deficiencia de B12, la dosis de B12 debería ser al menos de alrededor de 100 veces más alta que la IDR para evitar una deficiencia. En casos de deficiencia ya establecida, puede ser necesario ingerir una dosis de al menos 200 veces mayor que la IDR para alcanzar los resultados más deseables.

 

Algunos alimentos con cantidades substanciales de vitamina B12 son listados en la tabla a continuación con su contenido de vitamina B12 en microgramos (μg).     

Alimento

Porción

Vitamina B12 (μg)

Almejas (al vapor)

100 gramos

98.9

Mejillones (al vapor)

100 gramos

24.0

Caballa (cocida, al horno)

100 gramos

18.9

Cangrejo (al vapor)

100 gramos

11.5

Carne de res (cocida, asada)

100 gramos

8.1

Salmon (cocido, al horno)

100 gramos

2.8

Leche (descremada)

250 ml

1.0

Pavo (cocido, asado)

100 gramos

0.9

Brie (queso)

100 gramos

1,8

Huevo (escalfado)

1 grande

0.4

Pollo (cocido, asado)

100 gramos

0.4

 

Tratamiento de la deficiencia de vitamina B12

Se ha establecido que el requerimiento diario de vitamina B12 es 2,4 μg/día, pero las cantidades mayores— 4 a 7 μg/día—las cuales son comunes en las personas que comen carne o toman un multivitamínico diario, se asocian con valores más bajos de ácido metilmalónico. El Food and Nutrition Board recomienda que los adultos mayores sanos reciban un suplemento de vitamina B12 cristalina. Sin embargo,  la mayoría de los pacientes con deficiencia de vitamina B12 tiene malabsorción y requerirán el reemplazo parenteral u oral en altas dosis. La adecuada suplementación resuelve la anemia megaloblástica, y resuelve o mejora la mielopatía.

Vitamina B12 inyectable

Existen muchos regímenes recomendados para inyectar la vitamina B12 (usualmente cianocobalamina en EE. UU. e hidroxicobalamina en Europa). Se retiene casi el 10% de las dosis inyectadas (100 de 1.000 μg). Los pacientes con anormalidades graves deben recibir inyecciones de 1.000 μg, por lo menos varias veces por semana durante 1-2 semanas, y luego semanalmente hasta obtener una mejoría evidente, para seguir con inyecciones mensuales. La respuesta hematológica es rápida, con un aumento a la semana del recuento de reticulocitos y la corrección de la anemia megaloblástica entre las 6 a las 8 semanas desde el inicio del tratamiento.

Los pacientes con anemia grave y síntomas cardíacos deben ser tratados con transfusiones y diuréticos, monitoreando los electrolitos. Los síntomas neurológicos pueden empeorar transitoriamente y luego disminuir en semanas o meses. La gravedad y la duración de las anormalidades neurológicas antes del tratamiento influyen en el grado de recuperación. El tratamiento de la anemia perniciosa es para toda la vida. Cuando después de la recuperación clínica se interrumpe la suplementación con vitamina B12, los síntomas neurológicos recurren dentro de un corto período (unos 6 meses), y la anemia megaloblástica lo hace en varios años.

Tratamiento oral en altas dosis
El tratamiento oral en altas dosis es efectivo y cada vez más difundido. Un estudio realizado 45 años atrás mostró que el 0,5 al 4% de la vitamina B12 marcada con radioactividad puede ser absorbida por difusión pasiva (sin la intervención del factor intrínseco) tanto por los controles normales como por los pacientes con anemia perniciosa. Por lo tanto, la dosis oral de 1.000 µg libera de 5 a 40 µg, aun si es ingerida con alimentos.

Un estudio aleatorizado que comparó una dosis oral de 2.000 µg diarios con el tratamiento parenteral (7 inyecciones de 1.000 µg de cianocobalamina durante un período de 1 mes, seguido de inyecciones mensuales) en pacientes con anemia perniciosa, gastritis atrófica o antecedente de resección ileal, mostró reducciones similares del volumen corpuscular medio y un aumento del hematocrito a los 4 meses, en ambos grupos.

Después del tratamiento, todos los pacientes (4 en cada grupo) con parestesias, ataxia o pérdida de memoria experimentaron la resolución sintomática o la mejoría. Sin embargo, los niveles de ácido metilmalónico después del tratamiento fueron significativamente inferiores con el tratamiento oral diario (169 nmol/l con tratamiento oral vs. 265 nmol/l con tratamiento parenteral) y los niveles de vitamina B12 fueron significativamente superiores (1.005 pg/l vs. 325 pg/ml [741,5 vs. 239.8 pmol/l]). Un trabajo más reciente con un diseño similar y una preparación de vitamina B12 oral apropiada también mostró niveles significativamente inferiores de ácido metilmalónico en el grupo con tratamiento oral, a los 3 meses del seguimiento.

En un trabajo aleatorizado que comparó los resultados del tratamiento con vitamina B12 oral (1.000 µg/día, 10 días, seguido de tratamiento semanal durante 4 semanas y luego mensual) con los resultados del tratamiento intramuscular, comprobó que los 2 grupos tuvieron mejorías similares de las alteraciones hematológicas y de los niveles de vitamina B12 a los 90 días.

De una dosis de 3, 10, 40 y 1000 µg de B12 que se administren de forma intramuscular, se almacenarán en el organismo un 100, 97, 93 y 15% respectivamente. Si se administraran mensualmente 1.000 µg de forma intramuscular, los 150 µg retenidos permanecerían un mes en el organismo. A diferencia de esto, se ha demostrado que de una toma de 10, 50, 500 y 1.000 µg vía oral se absorben entre el 16, 3, 2 y 1,3%.

Faltan datos de estudios a largo plazo para evaluar si el tratamiento oral es efectivo cuando las dosis se administran a intervalos mayores a 1 día. Los estudios en adultos mayores, muchos de los cuales tenían gastritis  atrófica crónica, mostraron que para corregir los niveles elevados de ácido metilmalónico, el 60% requirió dosis orales elevadas de vitamina (>500 µg/día).

Los profesionales que prefieren el tratamiento parenteral sostienen que el cumplimiento y el monitoreo de los pacientes es mejor debido a su frecuente contacto con los prestadores de la salud, mientras que los que prefieren la terapia oral afirman que el cumplimiento es mejor porque los pacientes consideran que dicho tratamiento es más conveniente, más cómodo y más barato.

Adultos mayores (>50 años)

Debido a que la malabsorción y la deficiencia de vitamina B12 son más comunes en adultos mayores, se recomienda que los adultos mayores de 50 años tomen entre 100 a 500 μg/día de vitamina B12 suplementaria.

 

 

 

 

Prevención de Enfermedades

Homocisteína y enfermedades cardiovasculares

Los estudios epidemiológicos indican que incluso niveles de homocisteína moderadamente elevados en la sangre incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (ECV), aunque el mecanismo por el cual la homocisteína puede incrementar el riesgo de ECV sigue siendo objeto de una gran cantidad de investigación. La cantidad de homocisteína en la sangre es regulada por al menos tres vitaminas: folato, vitamina B6, y vitamina B12 . El análisis temprano de los resultados de 12 pruebas aleatorias controladas en la reducción de la homocisteína mostró que la suplementación con ácido fólico (0.5-5 mg/día) tuvo el mayor efecto reductor sobre los niveles de homocisteína sanguínea (reducción del 25%); la co-suplementación con ácido fólico y vitamina B12 (500 μg/día) proporcionó una reducción adicional del 7% (reducción del 32%) en las concentraciones de homocisteína sanguínea. Se piensa que la elevación de los niveles de homocisteína podría ser en parte debido a la deficiencia de vitamina B12 en individuos mayores de 60 años de edad. Dos estudios encontraron que los niveles sanguíneos de AMM estaban aumentados en más del 60% de los individuos de edad avanzada con niveles de homocisteína elevados. En la ausencia de una insuficiencia renal, un nivel elevado de AMM en conjunto con niveles de homocisteína elevados, indican tanto una deficiencia de vitamina B12 como una deficiencia combinada de vitamina B12 y folato. De tal manera, parece importante evaluar el estado de la vitamina B12, como también la función renal, en adultos de edad avanzada con elevados niveles de homocisteína antes de iniciar una terapia de disminución de la homocisteína.

Estudios de intervención:

Aunque un incremento en la ingesta de ácido fólico y vitamina B12 es efectivo en la disminución de los niveles de homocisteína, la intervención combinada de estas vitaminas B (ácido fólico y B12) no disminuyeron el riesgo de ECV. Varias pruebas aleatorias controladas con placebo han sido conducidas a determinar si la disminución de la homocisteína a través de la suplementación con ácido fólico, vitamina B12, y vitamina B6 reduce la incidencia de ECV. Un meta análisis de la información de 11 ensayos que incluyeron 45,000 participantes en riesgo de ECV, mostró que la suplementación de vitaminas B no tuvo algún efecto significante en el riesgo de infarto de miocardio o accidente cerebrovascular como tampoco modifico el riesgo de mortalidad por todas las causas. Otros meta-análisis que incluyeron pacientes con enfermedad renal crónica han confirmado la falta de efecto de la disminución de la homocisteína en el riesgo de un infarto agudo al miocardio y muerte. Sin embargo, el riesgo de un accidente cerebrovascular (ACV) fue reducido de manera significativa en un 7%-12% con la suplementación de vitaminas del grupo B. Otro meta-análisis de 12 ensayos clínicos que midieron la vasodilatación mediada por flujo (VMF), que es un marcador sustituto de la salud vascular, en respuesta a la reducción de la homocisteína reveló que la suplementación de vitamina B estuvo acompañada por un mejoramiento en la VMF a corto plazo <8 semanas. Además, la alta prevalencia de los desórdenes de mala absorción y la deficiencia de vitamina B12 en individuos de edad avanzada podrían justificar el uso de dosis más altas de vitamina B12 que aquellas usadas en estos ensayos; en casos de malabsorción, solo una terapia de altas dosis orales o inyecciones intramusculares pueden superar la deficiencia de vitamina B12.

 

Cáncer

El folato es requerido para la síntesis del ADN, y existe evidencia que de que la disponibilidad disminuida de folato resulta en hebras de ADN que son más susceptibles a dañarse. La deficiencia de vitamina B12 atrapa el folato en una forma que es inutilizable para el cuerpo en la síntesis del ADN. Tanto la deficiencia de vitamina B12 como la deficiencia de folato derivan en una capacidad disminuida para las reacciones de metilación. De esta manera, la deficiencia de vitamina B12 puede conducir a una tasa de daño elevada del ADN y a una metilación alterada del ADN, los cuales son factores importantes del riesgo de padecer cáncer. Una serie de estudios en adultos jóvenes y adultos mayores señaló que los niveles incrementados de homocisteína y los niveles disminuidos de vitamina B12 en la sangre fueron asociados con un biomarcador de la ruptura de cromosomas en leucocitos. En un estudio doble ciego controlado con placebo, el mismo marcador de ruptura de cromosomas fue minimizado en adultos jóvenes que fueron suplementados con 700 μg de ácido fólico y 7 μg de vitamina B12 diariamente a través de cereal, por dos meses.

Cáncer de seno

Un estudio de caso y control comparó los niveles pre diagnósticos del folato, vitamina B6, y vitamina B12 en el suero en 195 mujeres, posteriormente diagnosticadas con cáncer de mama y de 195 mujeres de edades similares a las cuales no se les diagnosticó cáncer de mama. Entre las mujeres postmenopáusicas, la asociación entre los niveles sanguíneos de vitamina B12 y el cáncer de mama mostró un efecto umbral. El riesgo de cáncer de mama fue más del doble en mujeres con los niveles de vitamina B12 en el suero en el quintil más bajo comparado con el de las mujeres en los cuatro quintiles más altos. Sin embargo, un meta-análisis de siete estudios de casos y controles y siete estudios de cohorte prospectivos concluyeron que el riesgo de cáncer de seno no se modificó por ingestas altas versus ingestas bajas de vitamina B12. Se necesitan más estudios para hacer recomendaciones al respecto.

 

Defectos del tubo neural

Los defectos del tubo neural (DTN) pueden resultar en anencefalia o espina bífida, los cuales son malformaciones congénitas mayormente fatales del sistema nervioso central. Los defectos surgen a partir del fracaso del cierre del tubo neural embrionario, que ocurre entre el 21er. y el 28vo. día después de la concepción, que es la etapa cuando muchas mujeres son inconscientes de su embarazo. Pruebas aleatorias controladas han demostrado una reducción del 60% al100% en casos de DTN cuando las mujeres consumieron suplementos de ácido fólico en grandes dosis (1 a 5 mg diarios) en adición a una dieta variada durante el mes anterior y el mes posterior después de la concepción. No se conocen las causas de esta afección aunque está claro que el ácido fólico no actúa corrigiendo una deficiencia nutricional. Un defecto metabólico parece ser el responsable de los DTN. Existe evidencia que indica que el efecto reductor del ácido fólico sobre la concentración de la homocisteína juega un papel crítico en la reducción del riesgo de DTN. La homocisteína puede acumularse en la sangre cuando el folato y/o la vitamina B12 son inadecuados para el funcionamiento eficaz de la enzima metionina sintasa. Niveles de vitamina B12 disminuidos y concentraciones elevadas de homocisteína han sido encontrados en la sangre y el líquido amniótico en mujeres embarazadas en alto riesgo de DTN. El reciente meta-análisis de 12 estudios de casos y controles que incluyó 567 madres con un embarazo actual o anterior afectado por DTN y 1566 madres que no fueron afectadas, mostro que un bajo nivel de vitamina B12 materno estuvo asociado con un riesgo incrementado del riesgo de DTN. Sin embargo aún no se ha evaluado si la suplementación de vitamina B12 puede ser beneficiosa en la prevención de DTN.

 

Deterioro cognitivo, demencia, y enfermedad de Alzheimer

La ocurrencia de la deficiencia de vitamina B12 prevalece en la población de edad avanzada y ha sido frecuentemente asociada con la enfermedad de Alzheimer. Un estudio encontró niveles más bajos de vitamina B12 en el líquido cefalorraquídeo en pacientes con Alzheimer que en pacientes con otros tipos de demencia, aunque los niveles sanguíneos de vitamina B12 no difirieron. La razón para la asociación de un bajo estatus de vitamina B12 con la enfermedad de Alzheimer aún no está clara. La deficiencia de vitamina B12, al igual que la deficiencia de folato, puede conducir a una  disminución de la síntesis de metionina y S-adenosil metionina (SAM), de este modo afecta adversamente las reacciones de metilación. Las reacciones de metilación son esenciales para el metabolismo de los componentes de la vaina de mielina de las células nerviosas así como de los neurotransmisores. Otras implicaciones metabólicas de la deficiencia de vitamina B12 incluyen la acumulación de la homocisteína y el ácido metilmalónico, que podría contribuir a las características neuropatológicas de la demencia. El advenimiento de test diagnósticos más adecuados, incluyendo los ensayos para homocisteína y AMM, ha revelado una prevalencia sorprendentemente alta de una forma más sutil de deficiencia subclínica de B12, particularmente entre los adultos mayores. Esto a menudo se asocia con desmejoramiento cognitivo y demencia, incluyendo enfermedad de  Alzheimer. También se ha reportado deficiencia de B12 en asociación con otros desórdenes neurodegenerativos incluyendo demencia vascular, enfermedad de Parkinson y esclerosis múltiple. Estas condiciones están todas asociadas con neuro-inflamación crónica y estrés oxidativo. Es posible que estas asociaciones clínicas reflejan un metabolismo de la vitamina B12 comprometido debido a tal estrés. Por su parte se ve una considerable variación inter-individual en la respuesta clínica a la terapia de reemplazo con vitamina B12. Se necesitan más estudios para  determinar hasta cuanto esto es atribuible a determinantes genéticos de la absorción, la distribución y la captación celular de la vitamina B12.

Estudios observacionales:

Una gran mayoría de estudios transversales (en estos estudios las variables se observan durante un determinado punto del tiempo) y de cohorte prospectivos (en estos estudios se definen o clasifican a los participantes por la presencia o ausencia de una determinada característica o exposición y se los estudia hacia adelante en el tiempo comparando entre ambos grupos la frecuencia de aparición de la variable en estudio)  han asociado elevadas concentraciones de homocisteína con mediciones de resultados cognitivos pobres y un riesgo incrementado de demencia, incluyendo la enfermedad de Alzheimer. Un estudio de caso y control en 164 pacientes con demencia del tipo de Alzheimer incluyó 76 casos en los que se confirmó el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer al examinarse las células cerebrales después de su muerte. Comparados con los 108 sujetos de control sin evidencia de demencia, los sujetos con demencia del tipo Alzheimer y con enfermedad de Alzheimer confirmada tuvieron niveles sanguíneos de homocisteína más altos y niveles sanguíneos de folato y vitamina B12 más bajos. Las mediciones del estado nutricional general señaló que la asociación de los niveles de homocisteína aumentados y un estado de vitamina B12 disminuido junto a la enfermedad de Alzheimer no se debió a una malnutrición relacionada a la demencia. En una muestra de 1,092 hombres y mujeres sin demencia con un seguimiento por un promedio de 10 años, aquellos con niveles más altos de homocisteína en el plasma al inicio del estudio tuvieron un riesgo significativamente más alto de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Específicamente, aquellos con niveles de homocisteína plasmática mayores a 14 μmol/L tuvieron un riesgo casi doble de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Un estudio en 650 hombres y mujeres ancianos reportó que el riesgo de niveles elevados de homocisteína plasmática fue significativamente más elevado en aquellos con resultados más bajos de la función cognitiva. Un estudio prospectivo en 816 hombres y mujeres ancianos reportó que aquellos con hiperhomocisteinemia (niveles de homocisteína >15 μmol/L) tuvieron un riesgo significativamente más alto de desarrollar enfermedad de Alzheimer o demencia. Una reciente revisión sistemática de 35 estudios de cohorte prospectivo que evaluaron la asociación ente el estatus de la vitamina B12 y el deterioro cognitivo en individuos mayores con o sin demencia al inicio del estudio no apoyo una relación entre las concentraciones de vitamina B12 en el suero y una disminución cognitiva, demencia o enfermedad de Alzheimer. No obstante, estudios que utilizaron biomarcadores más sensibles del estatus de la vitamina B12, incluyendo mediciones de la holo-transcobalamina, y el AMM mostraron resultados más consistentes y una tendencia hacia la asociación entre un estado pobre de la vitamina B12 y una disminución cognitiva más rápida y el riesgo de la enfermedad de Alzheimer.

Estudios de intervención:

Una suplementación de altas dosis de vitaminas del grupo B ha probado su efectividad al tratar la hiperhomocisteinemia en individuos de edad avanzada con o sin un deterioro cognitivo. Un ensayo clínico aleatorio doble ciego controlado con placebo en 900 individuos de mayor edad en un riesgo alto de deterioro cognitivo encontró que la suplementación diaria de 400 μg de ácido fólico y 100 μg de vitamina B12 por dos años mejoro significativamente las medidas de memoria inmediata y retardada. Otro estudio aleatorio controlado con placebo de un lapso de 2 años en adultos ancianos reporto que un régimen diario de 800 μg de ácido fólico, 500 μg de vitamina B12 y 20 mg de vitamina B6, redujo significantemente la tasa de atrofia cerebral comparado con el tratamiento con placebo (0.5% vs. 3.7%). Curiosamente, un beneficio mayor fue observado en aquellos pacientes con alta concentración de homocisteína en comparación con baja concentración de homocisteína al inicio del estudio, sugiriendo la importancia de la disminución de los niveles de homocisteína en la prevención de atrofia cerebral y el deterioro cognitivo. Los autores atribuyeron los cambios en los niveles de homocisteína ante todo a la vitamina B12. Finalmente el ensayo clínico más reciente, aleatorio, doble ciego, controlado con placebo, realizado en aproximadamente 2,500 individuos que sufrieron un accidente cerebrovascular mostró que la normalización de las concentraciones de homocisteína debido a la suplementación de vitaminas del grupo B (2 mg de ácido fólico, 500 μg de vitamina B12, y 25 mg de vitamina B6) no mejoró el rendimiento cognitivo ni disminuyó la incidencia de un deterioro cognitivo en comparación con el placebo. Actualmente, hay una necesidad de ensayos más amplios para evaluar el efecto de la suplementación de vitaminas del grupo B en los resultados a largo plazo, como lo es la incidencia de la enfermedad de Alzheimer (EA), pero se ha visto que el tratamiento con estas vitaminas puede reducir la atrofia de materia gris en regiones específicamente vulnerables al proceso de la EA, como el lóbulo temporal medial, el cual incluye estructuras como el hipocampo y la corteza perirrinal entre otras. Estas estructuras y su relación con la corteza cerebral se relacionan con la memoria y su atrofia se relaciona con el deterioro cognitivo.

En el último meta análisis realizado para evaluar la eficacia de la suplementación con ácido fólico y vitamina B12 en pacientes con deterioro cognitivo leve y en ancianos sin deterioro cognitivo se estudiaron un total de 21 ensayos controlados y aleatorizados que involucraron a 7571 participantes. Los autores concluyen que la suplementación puede demorar el deterioro cognitivo en ancianos y recomiendan que los suplementos de vitaminas B (especialmente ácido fólico y B12) deberían considerarse como una medicación preventiva en pacientes con deterioro cognitivo leve o en adultos mayores sin deterioro cognitivo.

 

 

Depresión

Estudios observacionales han encontrado que hasta el 30% de los pacientes hospitalizados por depresión son deficientes en vitamina B12. Un estudio transversal de 700 mujeres físicamente discapacitadas que viven en comunidad con una edad por encima de los 65 años, encontró que las mujeres deficientes de vitamina B12 eran dos veces más propensas a estar severamente deprimidas que las mujeres sin deficiencia. Un estudio de base poblacional en 3,884 hombres y mujeres ancianos con trastornos depresivos encontró que aquellos con una deficiencia de vitamina B12 eran casi 70% más propensos a sufrir de depresión que aquellos con un estatus normal de vitamina B12. Las causas de la relación entre la deficiencia de vitamina B12 y la depresión no son claras, pero podrían involucrar una escasez de S-adenosilmetionina (SAM). La SAM es un donante del grupo metilo en numerosas reacciones de metilación en el cerebro, incluyendo aquellas involucradas en el metabolismo de los neurotransmisores cuya deficiencia ha sido relacionada con la depresión. Una deficiencia severa de B12 en un modelo de ratón mostró alteraciones notables en la metilación al nivel del ADN en el cerebro, que podrían conducir a alteraciones neurológicas. Esta hipótesis se sostiene en varios estudios que han demostrado que la suplementación con SAM mejora los síntomas depresivos.

El nivel aumentado de homocisteína es otro biomarcador no específico de la deficiencia de vitamina B12 que ha sido ligado a síntomas depresivos en los ancianos. Algunos pocos estudios han examinado la relación del estatus de la vitamina B12, los niveles de homocisteína y el desarrollo de la depresión con el tiempo. En un estudio de intervención aleatorio controlado con placebo en un poco más de 900 participantes mayores que experimentaron malestar psicológico, una suplementación con ácido fólico (400 μg) y vitamina B12 (100 μg) por dos años no redujo la ocurrencia de síntomas de depresión a pesar de la mejora significativa de los niveles de folato, vitamina B12 y homocisteína en la sangre a comparación con el placebo. Sin embargo, en un estudio a largo plazo, aleatorio, doble ciego, controlado con placebo entre enfermos con accidentes cerebrovasculares en un riesgo alto de depresión, suplementados diariamente con 2 mg de ácido fólico, 25 mg de vitamina B6 y 500 μg de vitamina B12 se redujo significativamente el riesgo de mayores episodios depresivos durante un periodo de seguimiento de siete años comparado con el placebo. Aunque aún no puede ser determinado si la deficiencia de vitamina B12 juega un papel causal en la depresión, podría ser beneficioso cubrir la deficiencia de vitamina B12 en individuos de edad avanzada como parte de una evaluación médica para la depresión.

 

Osteoporosis

Niveles altos de homocisteína podrían afectar la remodelación ósea al incrementar la resorción ósea, disminuyendo la formación ósea, y reduciendo el flujo sanguíneo óseo. Otro mecanismo propuesto involucra la unión de la homocisteína a la matriz de colágeno del hueso, la cual puede modificar las propiedades del colágeno y reducir la resistencia ósea. Las alteraciones de las propiedades biomecánicas del hueso pueden contribuir a la osteoporosis e incrementar el riesgo de fracturas en los ancianos. Debido a que la vitamina B12 es un determinante del metabolismo de la homocisteína, se sugirió que el riesgo de fracturas osteoporóticas en sujetos de mayor edad podrían ser más ocurrentes por una deficiencia de vitamina B12. Un meta-ánalisis de cuatro estudios observacionales que dieron seguimiento de 3 a 16 años a un total de 7,475 individuos de mayor edad, encontró una débil asociación entre una elevación en la vitamina B12 de 50 picomoles/L en la sangre y una reducción en el riesgo de fracturas. Un ensayo aleatorio controlado con placebo en 559 individuos ancianos con bajos niveles de folato y vitamina B12 en el suero y un riesgo incrementado del riesgo de fracturas evaluó la suplementación combinada de muy altas dosis de ácido fólico (5 mg/día) y vitamina B12 (1.5 mg/día). El estudio de dos años encontró que la suplementación mejoro el estatus de la vitamina B, disminuyó las concentraciones de homocisteína, y redujo el riesgo de fracturas totales en comparación con el placebo. Sin embargo un estudio multicéntrico en 5,485 sujetos con enfermedades cardiovasculares o diabetes mellitus mostró que la suplementación diaria de ácido fólico (2.5 mg), vitamina B12 (1mg) y vitamina B6 (50 mg) disminuyó las concentraciones de homocisteína pero no tuvo efecto en el riesgo de fracturas en comparación con el placebo. Hacen falta más estudios para definir la utilidad de la suplementación de vitamina B12 en el tratamiento de la osteoporosis.

Toxicidad

Efectos tóxicos o adversos no han sido asociados con grandes ingestas de vitamina B12 proveniente de alimentos o de suplementos en personas sanas. Se han utilizado dosis orales de hasta 2 mg (2,000 μg) diariamente o de 1 mg al mes por inyección intramuscular (IM) para tratar la anemia perniciosa sin efectos secundarios significativos. Cuando se administran oralmente altas dosis de vitamina B12, sólo un pequeño porcentaje puede ser absorbido, lo que podría explicar la baja toxicidad. Debido a la baja toxicidad de la vitamina B12, ningún nivel máximo de ingesta tolerable ha sido establecido por la Junta de Nutrición y Alimentos Estadounidense.

 

Interacción con fármacos

Una serie de drogas reducen la absorción de la vitamina B12. Los inhibidores de la bomba de protones (por ejemplo, omeprazol y lansoprazol), usados en la terapia del síndrome de Zollinger-Ellison  y del reflujo gastroesofágico, reducen notablemente la secreción de ácido estomacal requerida para la liberación de la vitamina B12 de los alimentos, aunque no de la de los suplementos. Se ha encontrado que la utilización a largo plazo de inhibidores de la bomba de protones disminuye los niveles sanguíneos de vitamina B12. Sin embargo, la deficiencia de vitamina B12 generalmente no se desarrolla hasta por lo menos después de tres años de terapia continua. Otra clase de inhibidores de la producción de ácido gástrico conocidos como antagonistas de los receptores de histamina 2 (receptor-H2), entre ellos cimetidina, famotidina, y ranitidina, también disminuyen la absorción de vitamina B12 de los alimentos. No está claro si el uso a largo plazo de los antagonistas de los receptores-H2 podrían causar una deficiencia evidente de vitamina B12. Los individuos que toman fármacos que inhiben la secreción de ácido gástrico deberían considerar tomar vitamina B12 en forma de suplementos porque el ácido gástrico no es requerido para su absorción. Otras drogas que se han encontrado que inhiben la absorción de vitamina B12 de los alimentos incluyen colestiramina (una resina que se une a los ácidos biliares utilizada en el tratamiento del colesterol elevado), cloramfenicol y neomicina (antibióticos), y colchicina (medicamento usado en el tratamiento de la gota). La colchicina induce malabsorción reversible de B12 por reducción de los receptores para el factor intrínseco en la mucosa intestinal  La metformina, un medicamento ampliamente usado para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (se estima que unos 100 millones de personas usan este medicamento en todo el mundo), disminuye la absorción de vitamina B12 a través de la ligadura del calcio libre necesario para la absorción del complejo FI-B12 . Sin embargo, el significado clínico de esto no está claro. No se conoce si la suplementación con calcio puede revertir la malabsorción de vitamina B12; por ello, la suplementación con calcio no está actualmente prescrita para la prevención o tratamiento de la deficiencia de vitamina B12 inducida por la metformina. Reportes previos de que megadosis de vitamina C destruyan la vitamina B12 no han sido comprobados y podrían haber sido un artefacto del ensayo utilizado para medir los niveles de vitamina B12.

Grandes dosis de ácido fólico administradas a un individuo con una deficiencia de vitamina B12 no diagnosticada podría corregir la anemia megaloblástica sin corregir la deficiencia de vitamina B12 subyacente, dejando a la persona en riesgo de sufrir daño neurológico irreversible. Por esta razón la Junta de Nutrición y Alimentos del Instituto de Medicina Estadounidense aconseja que todos los adultos limiten su ingesta de ácido fólico (suplementos y alimentos fortificados) a 1,000 μg (1 mg) diarios.

Estudios recientes sugieren que la coincidencia de niveles suprafisiológicos de folato sérico con déficit de B12 aumentan el deterioro cognitivo y la anemia. También se observó aumento en las concentraciones plasmáticas de homocisteína total y de ácido metilmalónico (dos indicadores funcionales del estado de B12), con aumento de folato plasmático en estados de baja B12. Estos datos implican fuertemente que la elevación plasmática de folato está asociado con la exacerbación del estado bioquímico y clínico de la deficiencia de B12.

Hay consenso internacional sobre la necesidad de asegurar un adecuado aporte de B12, en especial a los adultos mayores, en caso de fortificación con ácido fólico.

 

Consideraciones finales

Una dieta variada debería proporcionar suficiente vitamina B12 como para prevenir una deficiencia en la mayoría de los individuos de 50 años de edad o menos. Los vegetarianos estrictos y las mujeres que planean embarazarse deben tomar diariamente un suplemento multivitamínico que pueda asegurar una ingesta de 6 a 30 μg de vitamina B12 de una forma que sea fácilmente absorbida. Los suplementos de dosis más altas de vitamina B12 son recomendados a pacientes que ya presentan una deficiencia o que toman medicamentos que interfieren con su absorción.

Glosario:

Anemia macrocítica: Conteo bajo de glóbulos rojos, caracterizado por la presencia en la sangre de glóbulos rojos más grandes de los normal.

Aplasia medular: La aplasia medular es una enfermedad en la que la médula ósea roja desaparece y por tanto se deja de producir glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Puede ser congénita o adquirida.

Ataxia: Falta de coordinación o inestabilidad usualmente relacionada a una alteración en el cerebelo, una parte del sistema nervioso central que regula la coordinación y el equilibrio.

Cohorte: Grupo de personas seguidas a través del tiempo como parte de un estudio epidemiológico.

 

Ensayo controlado aleatorio/aleatorizado (ECA): Ensayo clínico con al menos un grupo de tratamiento activo y un grupo control (placebo). En los ECA, los participantes son elegidos para los grupos experimental y de control de forma aleatoria y no se les dice si están recibiendo el tratamiento activo o el placebo hasta el final del estudio. Este tipo de diseño de estudio puede aportar evidencia de causalidad.

 

Ensayo cruzado: Ensayo clínico donde se aplican dos intervenciones o dos tratamientos a los mismos individuos después de un periodo de limpieza apropiado. Uno de los tratamientos a menudo es un placebo. En un diseño cruzado aleatorizado, las intervenciones se aplican en orden aleatorio para asegurar que el orden de los tratamientos no contribuya al resultado.

 

Ensayo de intervención: Estudio experimental (usualmente un ensayo clínico) utilizado para probar el efecto de un tratamiento o intervención sobre resultados relacionados con salud o enfermedad.

 

Enterocitos: Células que componen la superficie luminal (interna) del intestino.

Estudio de caso y control: Estudio en el que la exposición de las personas que han sido diagnosticadas con una enfermedad (casos) se compara con el de las personas sin la enfermedad (controles). Los resultados de los estudios de caso y control son más propensos a ser distorsionados por sesgos en la selección de los casos y controles (sesgo de selección) y en el recuerdo de la dieta (sesgo de memoria) que los estudios de cohorte prospectivos.

Estudio de cohorte: Estudio que sigue a un gran número de personas por un largo periodo de tiempo, con frecuencia 10 años o más. En los estudios de cohorte, la información dietética se reúne antes de que aparezca la enfermedad, en vez de depender de lo recopilado después de que la enfermedad se desarrolla.

Estudio de cohorte prospectivo: Estudio basado en la observación en el que se entrevista o examina a un grupo de personas—conocido como cohorte—en busca de factores de riesgo, y luego se les controla en oportunidades posteriores para determinar su estado respecto a los resultados de salud o enfermedad.

Estudio de corte transversal: Estudio de un grupo de personas en un momento determinado para estudiar si una exposición se encuentra asociada con la ocurrencia de una enfermedad. Debido a que el resultado de la enfermedad y la exposición (por ej., la ingesta de nutrientes) se registran al mismo tiempo, un estudio de corte transversal aporta una "visión fotográfica" de su relación. Un estudio de corte transversal no puede aportar información acerca de la causalidad.

fL:(Femtolitro): Unidad de volumen en el Sistema Internacional de Unidades, equivalente a la milbillonésima parte de un litro, ó 10-15 litros.

Hematocrito: Porcentaje de glóbulos rojos en el total de la sangre.

Leucopenia: Disminución de los glóbulos blancos

Megaloblastosis: Presencia en la sangre de células nucleadas, inmaduras y de gran tamaño (megaloblastos) que son las precursoras de los glóbulos rojos. Los glóbulos rojos maduros no tienen núcleo.

Meta Análisis: Técnica estadística usada para combinar los resultados de diferentes estudios para obtener un estimado cuantitativo del efecto general de una intervención o exposición particular sobre un resultado definido.

Microcitosis: Presencia en la sangre de glóbulos rojos de tamaño menor al normal.

Movimientos mioclónicos: Son movimientos musculares rápidos, repentinos, breves e involuntarios, de intensidad y frecuencia variables.

Neutrófilos: Los neutrófilos son un tipo de glóbulos blancos que actúan en la defensa e inmunidad del organismo. Representan el porcentaje más alto de los glóbulos blancos en el torrente sanguíneo y se clasifican en neutrófilos segmentados y neutrófilos en banda. Estos últimos se crean y almacenan en la médula ósea y se liberan a la sangre cuando están maduros, pasando a llamarse neutrófilos segmentados o polimorfonucleares, debido a que son glóbulos blancos que poseen dos o más lóbulos en su núcleo, es decir con un núcleo multilobulado que se ve como segmentado.

Neutrófilos hipersegmentados: La hipersegmentación nuclear es una anomalía de los neutrófilos cuando presentan más de 5 lóbulos en su núcleo. Su presencia se asocia fuertemente con anemia megaloblástica (deficiencia de vitamina B12 y/o ácido fólico)  pero también pueden encontrarse en otras patologías como ser infecciones crónicas, trastornos mieloproliferativos, deficiencia de hierro y por el uso de algunos fármacos, entre otras causas posibles.

Pancitopenia: Disminución de los tres tipos de células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas).

Parestesia: Trastorno de la sensibilidad de tipo irritativo que se manifiesta con sensaciones anormales sin estímulo previo, como el hormigueo o el adormecimiento. Esta sensación suele darse en los brazos, manos, dedos, piernas y pies, aunque puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo.

Picomoles: el mol es una unidad de medida que expresa cantidad de sustancia, muy utilizada en química y en estudios médicos. Pico es un prefijo usado en el Sistema Internacional de Medidas que indica un factor de 10-12, o sea que un picomol es la billonésima parte de un mol. Para convertir pg de B12/ml a pmol de B12/L hay que multiplicar por 0,7378.

Receptor: Se denomina receptor a moléculas especializadas que pueden estar en el interior o en la superficie de las células a los que se unen sustancias específicas denominadas ligandos. Los ligandos pueden ser endógenos, o sea, producidos por el propio organismo, por ejemplo una hormona, o exógenos, o sea que ingresan al organismo desde el exterior de manera intencional o no, como por ejemplo un  medicamento o un tóxico ambiental. Al unirse los ligandos a los receptores usualmente provocan un cambio en la actividad celular modulando diversos procesos.

Reticulocitos: Los reticulocitos son glóbulos rojos que no han alcanzado su total madurez. Se encuentran en niveles elevados en el plasma sanguíneo por causa de algunas anemias, cuando el organismo incrementa la producción de glóbulos rojos y los envía al torrente sanguíneo antes de que sean maduros.

Síndrome de Zollinger-Ellison: Se trata de un tumor que secreta gastrina, la cual incrementa la producción de ácido gástrico provocando úlceras graves y recurrentes en el esófago, el estómago, y la porciones superiores del intestino delgado.

Síndrome Urémico Hemolítico: Es una enfermedad grave, caracterizada por daño agudo de los riñones, asociado a alteraciones en las células de la sangre: trombocitopenia (reducción de plaquetas, necesarias para formar los coágulos) y anemia (causada por ruptura anormal de glóbulos rojos).

Talasemia: Trastorno hereditario en el cual los pacientes tienen una producción anormal de glóbulos rojos con defectos en la formación de hemoglobina.

Trombocitopenia: Disminución de la cantidad de plaquetas.

Vitiligo: Es una enfermedad cutánea en la cual hay una pérdida del color (pigmento) de zonas de piel. El resultado es la aparición de parches (áreas planas de cambio de color en la piel) blancos y desiguales que no tienen pigmento pero se sienten como piel normal. Es una enfermedad  autoinmune  asociada frecuentemente a  otras enfermedades autoinmunes, como la anemia perniciosa.   

Volumen corpuscular medio: Es el volumen promedio que ocupa un glóbulo rojo. El valor se expresa en femtolitros (fL) o en micrones cúbicos µm3. 

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